viernes, 13 de octubre de 2017

SUBTEMA 1.2 MODELOS: ENSEÑAR Y APRENDER VS. APRENDER A APRENDER.


UNIDAD I
EL PROCESO DOCENTE EDUCATIVO EN CULTURA FÍSICA CON ENFOQUE DE COMPETENCIAS


1.2 MODELOS: ENSEÑAR Y APRENDER VS APRENDER A APRENDER.


Uno de los rasgos que caracterizan a las sociedades actuales es el hecho de que el conocimiento se ha convertido en uno de los valores más importantes. Incluso pudiera decirse que el valor de una sociedad está representado por el nivel de formación de sus ciudadanos. 
Sin embargo, el conocimiento en estos momentos pierde vigencia rápidamente, lo cual obliga a que todos los individuos y particularmente los profesionales, se vean en la necesidad de aprender continua y sistemáticamente, de manera que sus competencias no se vuelvan obsoletas.

El paradigma actual de enseñanza y formación se basa en la estandarización de prácticas y contenidos, sin considerar que las personas conocen de maneras diversas y tienen distintas necesidades de aprendizaje.

El aprendizaje lo dirige el profesor, se espera que los estudiantes hagan lo que se les indica, se evita la crítica y el cuestionamiento, lo cual favorece la subordinación y el conformismo. Los estudiantes son altamente dependientes y cuando se proponen alternativas de formación distintas a las tradicionales o lo aceptan considerablemente.

La sociedad, el mundo del trabajo, las formas actuales profesiones, las necesidades sociales e individuales demandan nuevas cualidades en los individuos: requieren de creatividad, de enfoques diversos, de capacidad de solución de problemas complejos, de flexibilidad de pensamiento, por señalar solamente algunas de ellas.

En consecuencia, el modelo educativo necesita cambios que le hagan pasar de la estandarización a la personalización, considerando las necesidades del estudiante, de tratar de introducir información en la mente del estudiante a ayudarlo a comprender y utilizar las capacidades de su inteligencia, de un aprendizaje pasivo a uno activo que, en lugar de estar dirigido por el profesor, sea controlado por el estudiante o compartido con el docente, de un aprendizaje descontextualizado a tareas auténticas, conectadas con la realidad y significativas, de considerar una actividad continua que se extiende a lo largo de la vida.

En la actualidad se aprecia un rechazo generalizado a la idea de que el aprendizaje y el desarrollo intelectual se reducen a una mera acumulación de información o de aprendizajes específicos,
Se niega cada vez con mayor insistencia que el estudiante es solamente un receptor y reproductor de los saberes culturales y científicos y se enfatiza la responsabilidad que las instituciones educativas.

Son numerosos los autores que plantean la necesidad de una reflexión más profunda acerca de las misiones de la institución de educación para que realmente promuevan el conocimiento y el aprendizaje a lo largo de la vida. 

El proceso tradicional de enseñanza-aprendizaje, centrado en la transmisión de información y en la figura del profesor como fuente casi única del saber, tiende a modificarse -en gran medida como resultado de los aportes de las nuevas corrientes psicológicas y pedagógicas- para dar paso a nuevos énfasis y orientaciones.

Asimismo, la información, sus fuentes y los medios para difundirlo se han diversificado de tal manera que puede hablarse de la emergencia de un nuevo paradigma educativo.

Si bien existe un acuerdo casi general en el sentido de que el centro del proceso educativo es el aprendizaje, y a pesar de algunos esfuerzos de las instituciones educativas para transformar sus prácticas, no se percibe todavía con claridad el cambio efectivo

Las preguntas que inevitables: ¿cómo prepararse para aprender a lo largo de la vida?, ¿Cómo pueden mejorarse los resultados del proceso de aprendizaje para que logre una mejor calidad?, ¿Qué competencias son las que realmente necesita obtener el individuo, tanto para cumplir con una trayectoria educativa como para insertarse en el contexto laboral?

Tales preocupaciones refieren, como puede apreciarse, a las características del proceso formativo, especialmente en lo que concierne a las funciones y prácticas que han venido desarrollando los principales actores del proceso educativo: los profesores y los estudiantes. 

Estos cuestionamientos, entre otros, aplicables a los distintos niveles y modalidades del sistema educativo, cobran particular interés en el nivel de educación superior, dadas las características del proceso de formación y de los profesionales que desarrollan la práctica docente en este nivel educativo.

El informe Teaching and Learning, Towards the Learning Society (1996) indica que es necesario desarrollar un conocimiento básico que permita a las personas dar un significado a las cosas, comprender y hacer juicios, desarrollar la capacidad de analizar cómo funcionan: observación, sentido común, interés por el mundo físico y social, inventar, cooperar son algunas de las capacidades implicadas en ese planteamiento.

Como señala Jacques Delors, ya no basta con que el individuo acumule un conjunto de conocimientos suficiente y adecuado, sino analizar que le será útil durante toda su vida y le permitirá resolver las diversas situaciones que encontrará en su actividad social y profesional,  aprovechar y utilizar las diversas oportunidades que se le presentan para actualizar, profundizar y enriquecer ese primer conjunto de saberes y poder adaptarse así a un mundo en constante cambio.

EL PROCESO DE ENSEÑANZA – APRENDIZAJE Y APRENDER A APRENDER

Tradicionalmente se ha planteado el proceso educativo como la relación que se establece entre el enseñar y el aprender, como si se tratase de una relación de causa-efecto el profesor enseña (trasmite) contenidos que deben ser aprendidos (memorizados) por el estudiante. 

Esta visión mecánica y reduccionista del proceso educativo ha sido desmentida, en la actualidad, por factores del nuevo contexto y, particularmente por los resultados, en general poco satisfactorios, que los estudiantes logran en los diversos programas de formación.

En las últimas décadas han surgido diversas propuestas que bajo denominaciones como aprender a aprender o aprender a pensar, expresan nuevas intenciones del sistema y de las instituciones educativas con relación a lo que debe esperarse de los estudiantes al concluir su proceso educativo.

Evidentemente, esos propósitos plantean la necesidad de enseñar a pensar y enseñar a aprender, lo cual implica una transformación profunda de las funciones y tareas que ha desempeñado tradicionalmente el docente durante proceso de formación. 

Esas expresiones proponen como objetivo educativo fundamental el de preparar a los estudiantes para que aprendan mejor los contenidos de los planes de estudio pero, adicionalmente, que aprendan los procedimientos para que, dentro de la institución educativa y más allá de ella, puedan continuar aprendiendo.

La expresión “aprender a aprender” no es nueva. Se introdujo al lenguaje pedagógico en la década de los setentas, cuando surgen los sistemas abiertos de enseñanza y tiene su origen en tres situaciones distintas:

Las teorías cognoscitivas que enfatizaban la construcción gradual del conocimiento y de sus estructuras.
La conciencia de que los cambios científico- tecnológicos y sociales obligaban a un aprendizaje continuo.
La convicción de que la educación debía ser conducida de manera autónoma por el propio sujeto.

Tomando como base el informe Faure (Aprender a Ser, 1972) así como otros documentos de la UNESCO en numerosos países, incluido el nuestro, se incorpora la idea de que la educación es “un proceso permanente” y de que hay que propiciar el aprendizaje por cuenta propia, mediante el desarrollo de la capacidad y la actitud de seguir aprendiendo.

El concepto de aprender a aprender está relacionado estrechamente con el concepto de potencial de aprendizaje. Aprender a aprender consiste en desarrollar las capacidades del individuo, específicamente del estudiante, a través del mejoramiento de técnicas, destrezas, estrategias y habilidades con las cuales busca acceder al conocimiento. 

El aprendizaje significativo se basa en los siguientes supuestos:

El aprendizaje se orienta hacia objetivos
Aprender es relacionar nueva información con conocimientos previos
Aprender es organizar la información
Aprender es adquirir un repertorio de estrategias cognitivas y metacognitivas
El aprendizaje, si bien se produce en etapas, no es lineal
El aprendizaje está influido por el desarrollo del sujeto
Aprender es transferir el conocimiento a nuevos problemas y contextos

La dificultad para lograr aprendizajes significativos radica en la posibilidad de crear estructuras conceptuales organizadas y jerarquizadas para potenciar que se adquiera el conocimiento y que lo aprendido esté disponible cuando se requiere. 

En otros términos, lo más relevante ya no es el saber acumulativo sino el saber disponible para ser transferido y utilizado en diversos contextos; más importante que saber es saber qué hacer con lo que se sabe.

El aprender a aprender y aprender a lo largo de toda la vida no significa exclusivamente la adquisición de conocimientos actualizados, sino que implica la posibilidad de tomar la iniciativa del aprendizaje, la motivación sostenida, la autoestima del sujeto, la capacidad para utilizar las diversas oportunidades de aprender que le ofrecen las instituciones formales y tradicionales de educación, incluidas las propias experiencias, la posibilidad de aprender con otros, a distancia, en escenarios distintos a los tradicionales, como resultado del desarrollo de las tecnologías de la comunicación y la información.

El propósito de aprender a aprender debe de realizarse a través de aprender a pensar desarrollado capacidades y valores, es decir desarrollando la cognición y la afectividad, potenciando el uso de estrategias cognitivas y metacognitivas que permitan que el sujeto logre aprendizajes significativos; en este sentido pareciera otorgarse un mayor énfasis a los procesos cognitivos y los procedimientos para aprender que a los contenidos(considerando que estos son cada vez más abundantes y su vigencia relativa) además se pretende dotar a los estudiantes de herramientas y fórmulas para mejorar sus formas de aprendizaje.

Desde este enfoque se considera que el aprendizaje deja de ser un proceso pasivo para ser auto-orientado y auto-controlado; es decir que ya no estará totalmente dirigido por el profesor sino que busca centrarse en el sujeto que aprende.
Esto supone subordinar la enseñanza al aprendizaje y reconocer al profesor como mediador del conocimiento y de la cultura social.

Un factor fundamental es el contexto, el cual adquiere una mayor importancia en esta nueva concepción del proceso educativo, ya que este es el factor que determina y condiciona en gran medida lo que el estudiante realiza en el aula, la manera en que asume ciertas tareas de aprendizaje, su percepción del estudio y s estilo particular de actuación en la institución educativa.

Otro factor fundamental es el referido a la interacción entre los sujetos que intervienen en la situación de enseñanza y de aprendizaje en el aula, en nuevos espacios educativos y el significado de las tareas que realizan de manera conjunta.
Los dos agentes fundamentales del proceso educativo: el profesor y el estudiante, interactúan de manera sistemática en torno a los objetivos de conocimiento provenientes de las diferentes disciplinas. 

Esa interacción esta influida por variables de naturaleza cognitiva y afectiva (habilidades, emociones, percepciones, etc.), pertenecientes a ambos sujetos, factores que son movilizados con el propósito fundamental de lograr aprendizaje significativo. 
En este sentido y considerando a Saint-Onge (2000) es preciso señalar la triple relación que sucede entre el estudiante, el profesor y el conocimiento como objeto del proceso de enseñanza-aprendizaje  través del siguiente esquema:

RELACIÓNES DEL PROCESO DOCENTE EDUCATIVO


1: LA RELACIÓN DIDÁCTICA: 

Consiste en un proceso de reorganización de los conocimientos con fines pedagógicos, es la comprensión y trasformación del programa educativo, aquí el docente se interroga acerca de los contenidos disciplinares buscando el mejor camino para construir los conocimientos pertinentes, de ahí que se generan los métodos de enseñanza y prácticamente todo el campo de didáctica. 

2: LA RELACIÓN DE MEDIACIÓN: 

Consiste en la capacidad que tienen los actores del proceso en construir el saber o conocimiento, es decir, el sujeto que aprende dese ser dirigido en la construcción de su propio saber, y esto se da a través de las actividades de interacción maestro-alumno que apuntan a los procesos intelectuales del pensamiento y el razonamiento, es decir, de las operaciones lógicas y las operaciones estratégicas.

3: LA RELACIÓN DE ESTUDIO: 

Consiste en la creación de la interacción de un contenido de aprendizaje, la función comunicativa del docente y la tarea intelectual de aprendizaje del alumno, esto sistematizado en el modelo de Jackson (1968) se sintetiza en la fase pre-activa (planificación del proceso docente educativo que se realiza a través de la concepción, planificación, instrumentación y preparación), fase interactiva ( ejecución del proceso docente educativo mediante el recordatorio de los aprendizajes previos, el fijar el objetivo de aprendizaje, la presentación de nuevos conocimientos, la ejecución de ejercicios supervisados, la corrección y la síntesis del conocimiento adquirido de forma periódica) y la fase post-activa (evaluación del proceso docente educativo realizado con la elaboración de instrumentos de medida, la preparación y supervisión de la mediación, la corrección y el análisis de los resultados) del proceso de enseñanza.


SÍNTESIS

Las relaciones del proceso de enseñanza sintetizan el deber ser del proceso educativo; la primera relación enmarca la orientación metodológica, el enfoque didáctico o el modelo educativo en el que se circunscribe el conocimiento que se desea construir, para nuestro caso, el enfoque será por competencias.
La segunda relación enmarca la importancia de los roles que desempeñan tanto el docente como el estudiante en la interacción educativa, el primero desde la perspectiva de las operaciones lógicas y el segundo desde la perspectiva de las operaciones estratégicas, ambos en la construcción del conocimiento.
Por ultimo la tercera relación explica los roles que el docente y el alumno desempeñan en el acto educativo, antes, durante y después de la clase o sesión a través del proceso de planificación de la enseñanza y aprendizaje.

2 comentarios:

  1. Aportación-
    Es muy importante el saber como nuestros alumnos deben adquirir un nuevo conocimiento como aremos que tanto docente trabaje & estimule al alumno a trabajar de una manera que sea mas eficaz es importante tomar en cuenta todas las técnicas que utilizaremos.

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  2. Este tema es muy fundamental pues nos explica los cambios que han sufrido los modelos de enseñanza,por lo cual,como docente nos tenemos que ir actualizando para que nuestros alumnos puedan crear y adquirir de mejor manera los conocimientos

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